Situaciones
Buenas, somos Maite y Rubén, papás de gemelos, preciosos por cierto.
Queríamos compartir con vosotros nuestra experiencia que empezó cuando los niños tenían 6 años. Cuando nos íbamos de viaje, dejábamos a Carlos y a Daniel en casa de los abuelos, ellos se lo pasaban genial. Además, habían ido a la granja escuela durante 3 o 4 días en varias ocasiones y disfrutaban mucho.
Hace 3 años tuve que someterme a una operación bastante pesada que me mantuvo unos meses en el hospital (los niños tenían en aquel entonces 6 años y, a día de hoy, 9). A partir de aquí empezamos a notar que cada vez estaban más reticentes a separarse de nosotros, lloraban por las noches en casa de sus abuelos y lo pasaban fatal cuando llegaba la hora de la despedida en el hospital. Aunque tanto su madre como yo hemos intentado demostrarles que estaremos cuando ellos nos necesiten, siguen mostrando desconfianza cuando tienen que distanciarse de nosotros unos días.
Por ejemplo, hace un par de meses teníamos que viajar a Valencia (nosotros vivimos en Tarragona) para asistir a una boda, pero a media noche tuvimos que volver porque tanto Carlos como Daniel no paraban de llorar desconsoladamente y los abuelos ya no sabían qué más hacer.
Nos preocupa que esta situación no mejore y que nuestros hijos cada vez estén peor cuando se separen de nosotros algún tiempo, aunque los dejemos siempre en casa de los abuelos y estén atendidos y cuidados.